Arquitectura que transforma territorios: 15 años formando profesionales con visión Caribe
El programa celebra en 2026 sus 15 años, consolidado como una apuesta académica que integra sostenibilidad, urbanismo e innovación, a partir de la experiencia de estudiantes y egresados que hoy entienden la arquitectura como una herramienta de impacto social y territorial.
“Uno entiende muy rápido que la arquitectura no es solo dibujar edificios, es analizar, entender el contexto y pensar cómo lo que uno diseña afecta a las personas”. Así resume Juan Cruz, egresado del programa de Arquitectura de la Universidad del Norte, la esencia de una carrera que en enero de 2026 cumplirá 15 años formando profesionales con una visión integral del territorio, la sostenibilidad y el desarrollo urbano del Caribe colombiano.
Desde su creación, el programa de Arquitectura de Uninorte ha construido una identidad académica enfocada en responder a los retos reales del entorno. “No es una carrera que te limite en el futuro; al contrario, te abre muchas posibilidades”, añade Cruz, convencido de que la formación recibida le permitirá adaptarse a un mercado laboral cambiante y asumir distintos roles profesionales.
El programa inició actividades académicas en enero de 2011, tras recibir su Registro Calificado mediante la Resolución 1210 del 26 de febrero de 2010. Su desarrollo estuvo desde el inicio ligado al crecimiento institucional de la Universidad del Norte y a la consolidación de una identidad propia, que se fortaleció con la inauguración, en 2012, del Edificio Julio Muvdi, sede de la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño.
“Desde el comienzo, el principal desafío fue consolidar un programa de alta calidad para la región Caribe”, enfatiza Yalmar Vargas, director del Departamento de Arquitectura y Urbanismo. Desde entonces ese objetivo ha guiado los procesos académicos, los ajustes curriculares y la apuesta permanente por la excelencia.
Un currículo que evoluciona con el territorio
Uno de los momentos clave en la consolidación del programa fue el ajuste curricular realizado en 2016, que reorganizó las líneas de formación por semestre y formalizó la opción de práctica profesional. Este proceso quedó consignado en la renovación del Registro Calificado mediante la Resolución 19426 de 2016 y sentó las bases para el fortalecimiento académico continuo.
Ese camino condujo, en 2020, a la obtención de la Acreditación de Alta Calidad por seis años, otorgada mediante la Resolución 21357, un reconocimiento que respalda la solidez del plan de estudios y su pertinencia frente a los desafíos contemporáneos.
Actualmente, el currículo se estructura en torno a tres ejes estratégicos: sostenibilidad ambiental, arquitectura y urbanismo, y tecnologías de la construcción, una combinación diseñada para responder a las condiciones climáticas, sociales y urbanas del Caribe colombiano.
Para María Fernanda Guzmán, egresada del programa, una de las mayores enseñanzas de la carrera fue comprender que la arquitectura va mucho más allá de la estética. “Nos enseñaron a no ‘tragar entero’, a analizarlo todo antes de diseñar”, recuerda. Esa formación crítica, señala, amplía el campo de acción del arquitecto hacia lo social, lo bioclimático, lo constructivo y lo funcional.

El énfasis en sostenibilidad ambiental, explica el profesor Vargas, se refleja en proyectos que buscan reducir el consumo energético y optimizar el uso del agua, preparando a los estudiantes para enfrentar el cambio climático desde el ejercicio profesional.
El componente de arquitectura y urbanismo se refuerza con un ciclo específico en sexto y séptimo semestre, orientado al desarrollo de proyectos urbanos que respondan a los retos ambientales y sociales de las ciudades. “Uno empieza a entender que cada decisión de diseño tiene un impacto real”, apunta Juan Cruz. Esta formación se complementa con la Maestría en Urbanismo y Desarrollo Territorial, ofrecida por el Departamento.
En el eje de tecnologías de la construcción, el programa integra actividades prácticas centradas en el uso de materiales y técnicas innovadoras y tradicionales, como la madera y la tierra, promoviendo procesos constructivos responsables y adaptados al contexto regional.
Investigación, práctica y proyección profesional
La investigación ocupa un lugar central en la formación del arquitecto en Uninorte. "El trabajo de grado exige el desarrollo de un proyecto sustentado en un documento investigativo sólido, orientado a resolver una problemática específica a partir del análisis del contexto y de las necesidades del usuario", expresa el director de departamento.
Ese enfoque se complementa con experiencias prácticas que trascienden el aula. Estudiantes participan en talleres internacionales, salidas de campo y proyectos con impacto real en comunidades y entornos, como el Taller Internacional de Urbanismo, Ciudad y Río, desarrollado en la Ciénaga de Mallorquín, donde se exploran estrategias para la planeación urbana sostenible.

De la vocación al ejercicio profesional
La versatilidad de la formación en Arquitectura de Uninorte se refleja en la trayectoria de sus más de 600 egresados, quienes han llevado su formación más allá de los planos tradicionales. María Fernanda Guzmán, por ejemplo, ha transitado desde el diseño y la construcción de vivienda de interés social hasta roles de administración de proyectos complejos, destacando que “el arquitecto tiene la capacidad de organizar un plan y ejecutarlo, porque aprende a analizar muchas variables al mismo tiempo”.
Esa amplitud profesional es uno de los aspectos que más valoran los estudiantes actuales. “Aquí te preparan para muchas cosas, no solo para un tipo de trabajo”, afirma Cruz, destacando la capacidad del programa para formar profesionales adaptables y con visión estratégica.
En ese sentido, una trayectoria que también trasciende fronteras es la de la egresada Michelle Alemán Cure, fundadora de The Local Project, una plataforma que impulsa el talento creativo y de emprendimiento colombiano en escenarios internacionales. Entre planos y bocetos durante sus años universitarios, Michelle soñaba con diseñar espacios; años después encontró su propósito al reconceptualizar ferias comerciales como experiencias de conexión, inspiración y empoderamiento para emprendedoras.
“La formación en Uninorte fue clave para mi visión de liderazgo. Me enseñó a pensar estratégicamente, conectar forma con propósito y convertir ideas en realidades tangibles”, recuerda Michelle, quien ha llevado a más de 40 marcas lideradas por mujeres a mostrarse en eventos como el Pop-up Miami. Su iniciativa no solo visibiliza el diseño colombiano en el exterior, sino que también fortalece redes de emprendimiento femenino con proyección global.
Mirar al futuro desde el Caribe
A las puertas de su aniversario número 15, el programa de Arquitectura de la Universidad del Norte suma logros como su participación en la junta directiva de la Asociación Colombiana de Facultades de Arquitectura (ACFA) y el hecho de que la universidad será sede de la asamblea nacional de la Asociación en marzo de 2026, evento que reunirá a representantes de los 41 programas de arquitectura del país.
De cara al futuro, el Departamento de Arquitectura y Urbanismo avanza en el proceso de reacreditación de alta calidad y en el diseño del Laboratorio de Técnicas Apropiadas de Construcción, una iniciativa orientada al desarrollo de técnicas y materiales propios de la región Caribe.
"Este proyecto responde a nuestro compromiso con la innovación y la sostenibilidad. Este laboratorio promoverá soluciones arquitectónicas adaptadas a nuestro contexto local", puntualiza Vargas.
Quince años después de su creación, el programa de Arquitectura de la Universidad del Norte continúa formando profesionales que, como Juan, María Fernanda y Michelle entienden la arquitectura como una herramienta para analizar, transformar y construir un territorio más sostenible, equitativo y resiliente.
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